El uso de nuevas tecnologías tiene un impacto directo en la productividad y en la gestión de compañías de cualquier tamaño
Según un informe de septiembre de 2022 encargado por Amazon Web Services a la consultora Public First, la transformación digital de España, según los objetivos fijados por la Comisión Europea para el año 2030, podría generar 228.000 millones de euros en valor económico, una cifra equivalente al 22% de la economía española en la actualidad. Otro estudio de Boston Consulting Group revela que las empresas españolas están haciendo grandes inversiones económicas en proyectos de transformación digital y el 85% de los directivos mantendrán o aumentarán estas partidas de cara al próximo año.
A la hora de hablar de transformación digital nos referimos a la puesta en marcha de procesos de innovación vinculados con la digitalización de la información, el almacenamiento de dicha información en la nube, la automatización de procesos gracias al uso de software o hardware, la disponibilidad de los datos e información en tiempo real a través de dispositivos móviles o plataformas online, el uso de herramientas de inteligencia artificial y, en general, la aplicación de cualquier tipo de tecnología para mejorar los procesos productivos.
Los procesos de transformación digital tienen un impacto directo en las empresas y no siempre este impacto está directamente vinculado a mejoras económicas, sino que puede haber otras vertientes importantes. Con todo, uno de los argumentos más recurrentes a la hora de apostar por estos procesos es el ahorro de costes. Gracias a la captación de datos vinculados con los procesos de producción o de nuestros clientes podemos optimizar las plantas de fabricación y ofrecer servicios de alto valor añadido a los usuarios. Como consecuencia de la digitalización de datos y su disponibilidad en tiempo real se están generando nuevos modelos de negocio basados en cubrir necesidades que van más allá de la venta de un bien concreto. Un ejemplo reconocible son los servicios de mantenimiento predictivo de máquinas; como por ejemplo, e-Menhir Welding . Gracias a los datos de funcionamiento en tiempo real de dichas máquinas, la información histórica de su uso y la aplicación de algoritmos de inteligencia artificial, es posible detectar cuándo va a fallar la máquina y, de esta manera, evitar una parada en planta no planificada. El fabricante ya no se limita a vender una máquina, sino que ofrece una serie de servicios añadidos de alto valor. Es un concepto denominado servitización aplicable a múltiples ámbitos.
La transformación digital está muy vinculada a la Fabricación Cero Defectos. En este caso, se implementan nuevas tecnologías para fabricar productos con mayor calidad. Se trata de que las TICs supervisen todo el proceso de fabricación de un bien, desde su creación, su forjado, su montaje o su integración con otros conjuntos de piezas, como puede ser un motor. Tecnologías como la visión artificial ayudan a descubrir fallos en cualquier parte del proceso y el blockchain facilita la trazabilidad de cada una de las fases. En estos casos, la aplicación de nuevas tecnologías para la Fabricación Cero Defectos puede suponer unos costes mayores que procesos más tradicionales, pero se pone en valor la calidad de los bienes producidos.
Las nuevas tecnologías tienen importantes aplicaciones en el ámbito de la logística. Gracias a ellas es posible optimizar rutas de transporte para que los costes de envío sean más asequibles, ofrecer información en tiempo real sobre en qué lugar se encuentran los pedidos o supervisar que las mercancías llegan en el estado adecuado y que se han cumplido los requisitos vinculados con la cadena de frío, que no se han producido vuelcos o que no se ha practicado ninguna apertura no deseada.
La personalización o customización masiva también requiere de la digitalización. Es posible adaptar nuestros productos a las necesidades de un cliente concreto gracias a procesos de fabricación flexibles en los que las máquinas o robots crean los bienes en función de unas preferencias determinadas y no de manera estándar. Así, es posible comercializar complementos alimenticios con cantidades concretas de ingredientes. Otra tecnología muy vinculada con la personalización es la fabricación aditiva, que permite crear objetos personalizados como salpicaderos y partes de vehículos.
Cada vez es más notable el impacto de la transformación digital vinculado a la gestión de la eficiencia energética y la sostenibilidad. Disponer de información en tiempo real del consumo energético y desplegar algoritmos de inteligencia artificial capaces de analizar esa información y detectar consumos anómalos u ofrecer consejos de eficiencia energética, tiene un efecto notable en el ahorro de costes. En algunas de estas soluciones se detectan ahorros de hasta un 20 por ciento en el consumo energético. Además, más allá del factor económico, la segunda implicación tiene que ver con la sostenibilidad en un contexto en el que se trata de promover consumos respetuosos teniendo en cuenta la limitación de los recursos existentes y el impacto medio ambiental que supone su generación.
Más allá de aspectos productivos y la generación de bienes, la transformación digital también impacta directamente sobre los trabajadores y trabajadoras. El uso de herramientas de realidad virtual o realidad aumentada permite ofrecer una formación de calidad y más inmersiva a los y las empleadas. Los sistemas de visión artificial ayudan al personal humano a la hora de perfeccionar la realización de tareas manuales. La inteligencia artificial generativa también juega un papel destacado a la hora de mejorar las habilidades de la plantilla. Invertir en este tipo de tecnologías tiene un retorno rápido y eficaz.
Además, las TICs juegan un papel fundamental en todo lo que tiene que ver con la prevención de riesgos laborales. Se emplean soluciones IoT y de sensórica capaces de detectar humos, escapes de gases o fuego, de cara a que puedan alertar a los trabajadores en caso de accidente. Para determinados puestos laborales se emplean dispositivos vestibles o wearables dotados de conectividad y giroscopios que pueden detectar una caída o un desmayo. Otra tecnología son los exoesqueletos, utilizados como apoyo a los y a las empleadas en trabajos dolosos, y que les ayudan a la hora de realizar estas tareas. También podríamos hablar de la robótica colaborativa que consiste en dotar al robot de sistemas de visión artificial y otros sensores capaces de detectar la presencia de personal humano y detener su actividad para no causar accidentes. En estos casos, los costes de implementar este tipo de soluciones no pueden ser equiparables al hecho de evitar un accidente laboral.
Un último aspecto menos objetivo de la importancia de la transformación digital, pero que también está sobre la mesa, es el hecho de que cada vez son más las empresas comprometidas con la innovación y la aplicación de tecnologías en sus procesos. Esto supone que las firmas que no apuesten por la digitalización se van a encontrar en clara desventaja competitiva respecto a las que sí lo están haciendo. Además, es importante tener una visión global y saber qué innovaciones están realizando nuestros competidores por todo el mundo. Todo ello sin olvidar que nuestros clientes cada vez están más comprometidos con aspectos como la sostenibilidad, la eficiencia o la trazabilidad, que solo son posibles gracias a la transformación digital.